La economía circular está tomando protagonismo en el planteamiento del futuro de los distintos sectores, incluido el sector textil. Como sabemos, el textil es un sector que ha vivido un gran desarrollo en las últimas décadas ya que ha aumentado su producción a cifras nunca antes vistas. Este desarrollo ha dado lugar a un gran impacto ambiental, dada la falta de un reciclaje profesional de las prendas desechadas.

Actualmente, las prendas no vendidas o prendas defectuosas tienen como destino países en vías de desarrollo o vertederos. Esta acumulación de desechos textiles da lugar a grandes problemas ecológicos ya que las prendas tardan más de cuarenta años en desintegrarse y en este proceso se produce una grave contaminación derivada de los químicos y tintes de las ropas que dañan el suelo y el agua.

El despertar de la conciencia medioambiental en combinación de la necesidad de aprovechar al máximo los recursos y prolongar la vida útil de las prendas (reutilizar, revivir, reciclar) cada vez gana más presencia en el sector textil. Las grandes marcas y aquellas con valores medioambientales están asentando en sus compañías las bases para responder a los principios de la economía circular.

Se trata de un tema de actualidad y de gran importancia para el futuro de la economía, es por ello que grandes medios de comunicación se están haciendo eco de la problemática, como es el caso de El País en su reportaje «El futuro será sostenible o no será» (16/09/2018): «ante el desafío ecológico, Europa ha decidido abandonar la economía lineal, en la que se produce, se consume y se tira, y encaminarse hacia un modelo circular en el que se apuesta por la mínima extracción de materias primas y el máximo aprovechamiento de los residuos. Se trata de un cambio transversal y global que también han reflejado los ­Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la ONU para 2030. Uno de ellos es garantizar la producción y el consumo responsables». Puedes leer el artículo aquí.