El gobierno francés ha asentado las bases de un nuevo modelo para el sector textil con una propuesta legislativa enfocada a impulsar la economía circular. Dicha propuesta se basa en la prohibición de quemar o destruir las prendas no vendidas de las marcas y tiendas y que, en su lugar, estas sean donadas o recicladas de forma profesional para frenar así los graves problemas medioambientales generados por la acumulación de residuos textiles.

Actualmente, en Francia se está trabajando para medir con exactitud las toneladas de ropa desechadas cada año y valorar los procedimientos más adecuados para dotar de equilibrio al sector. Según datos de Eco TLC, en la actualidad en Francia, “de las 600.000 toneladas de ropa y calzado que salen al mercado, el equivalente a nueve kilos por habitante, sólo un tercio se recupera. De las recuperadas, un 62% se comercializa en tiendas de segunda mano, en Francia o en el extranjero, el 22% se destina a otros usos industriales, el 9,5% se convierte en trapos y, el 6% es también incinerado”.

Para poner en marcha el nuevo modelo de economía circular en el mundo de la moda, la nueva legislación pondrá el foco en que marcas y comercios se asocien con entidades como capaces de revivir las prendas no vendidas para reincorporarlas al mercado o para realizar un correcto reciclaje profesional de las mismas como Recuprenda.